Antiguo director de la Escuela de Formación Xavier Soto (PSC), pasó por la junta de Societat Civil Catalana y prepara un nuevo partido político

Daniel TerceroDaniel Tercero

PERSONAL

Javier Marín Vázquez (Barcelona, 1953) lleva 50 años en el activismo político. Pasó por el Partido del Trabajo antes de afiliarse al PSC (hasta 2019). Dirigió la Escuela de Formación Xavier Soto (PSC). Tras pasar por la junta de Societat Civil Catalana, prepara un nuevo partido político: Alianza de la Izquierda Republicana de España.

Esto no se acaba.

Hay un antes y un después de 2017. El independentismo ha probado la dureza de la ley. En el franquismo utilizábamos cualquier excusa para movilizarnos contra el régimen, por las libertades políticas, la libertad de expresión… Y nos detenían o despedían de los trabajos. A partir de ahí nuestras reivindicaciones pasaban a ser por la libertad de los detenidos o la readmisión de los despedidos. Así está el independentismo de ERC.

Un negocio.

Un pesebre.

Va para largo.

El ‘procés’ está en fase de reconocer los errores. Al menos, uno estratégico. Cuando no un engaño.

Eso dijo Carme Forcadell.

Así es. Dijo que la engañaron

No habrá independencia.

Nunca. Ni del País Vasco. Sin matices. Nunca. Yo estaba, en 1978, con aquello de la autodeterminación de los pueblos de España…

La izquierda.

La manera de que progrese la clase trabajadora es manteniéndose unida. Dividirnos, segmentarnos o atomizarnos solo beneficia a la burguesía que no quiere compartir impuestos con los necesitados de Murcia, por ejemplo.

ERC es de izquierdas.

ERC está en la fase de reconocer que se ha equivocado. No lo dicen los líderes pero sí los de segunda línea. Ningún país del mundo permite perder sus dos manos, como Cataluña y el País Vasco para España. No lo consiguió ETA matando durante 50 años por lo que no lo conseguirá nadie en Cataluña quemando contenedores.

El Estado.

A veces se le exige que sea más duro. Yo dije que el 155 se aplicó poco tiempo. Se debería haber aplicado durante dos años, por lo menos. Pero ya no estamos en esa pantalla…

¿Dónde estamos, entonces?

Ya no estamos en la fase de la resistencia o las trincheras para el constitucionalismo, porque los independentistas solo quieren salir de la cárcel.

Indultos.

No los quieren. Quieren la amnistía. Porque no les sirve salir de la prisión si están inhabilitados.

Oriol Junqueras.

Cree que tiene futuro político. Se cree Moisés. Pero solo puede aspirar a ser el representante del Estado ante la Santa Sede. Y sería feliz. No tiene los pies en el suelo.

¿Solucionará algo los indultos?

Creo que no. La sentencia del Tribunal Supremo fue benévola. Querían romper España de manera violenta y su deseo era que entrasen los tanques y hubiera muertos.

Una ensoñación.

Como el PNV, consiguen hacer creer a su público que es posible.

Otra vez, un negocio.

Un chiringuito.

¿Entonces, cómo se arregla?

Con una reforma del Estado que cierre un modelo federal simétrico. Ni confederalismos ni asimetrías, como defiende el PSC.

El PSC, responsable de la situación…

El PSC ha tenido mucha culpa. También Javier Marín, responsable de la formación de los cuadros del partido durante 25 años. Pero esto viene de lejos, desde la fundación uniendo socialismo jacobino y nacionalismo.

¿Y los tripartitos?

Con Pasqual Maragall llegó el follón del Estatuto. Lo decía Carme Chacón: «¿Quién nos ha mandado meternos en este jardín?». Fue un capricho de Maragall. Solo Chacón y Josep Borrell, desde la primera fila, criticaron aquello. Como decían, era darle cuerda al nacionalismo. Luego llegó José Montilla, que tiene complejo de inferioridad. Y acabó saliendo por piernas de una manifestación que convocó él mismo contra el Tribunal Constitucional.

Algo bueno dejaría…

De 2003 a 2010, el PSC multiplicó a los independentistas en Cataluña. El gran negocio fue que acabó con la discusión izquierda-derecha y fijó el asunto independentista.

El PSC ha cambiado…

Cosas de Pedro Sánchez, que actúa por encuestas. El cambio de Salvador Illa por Miquel Iceta ha sido inteligente, pero el resultado del 14-F es insuficiente. A Illa le ha faltado valentía. Por ejemplo, tenía que haber defendido el fin de la inmersión lingüística.

¿Por qué se fue del PSC?

Básicamente, por contradicciones ideológicas insuperables. Ya no estaba dispuesto a seguir blanqueando al independentismo.

¿Hace falta otro partido?

Sí. Hay que hacer un contrarrelato al independentismo.

¿No se hace?

Ningún partido constitucionalista lo hace. Hay un espacio político en el que no está jugando nadie: izquierda española sin complejos.

¿Federalista?

Copiaría la Constitución alemana. Sobre todo la parte en la que se impide que se presenten a las elecciones partidos políticos independentistas. Ese es el federalismo al que me apunto.

¿Y la educación y la sanidad?

La enseñanza no se puede dejar en manos de las comunidades. Es una evidencia. La sanidad, sin embargo, sí ha funcionado con gobiernos autonómicos. Desde luego, nada de asimetrías. Ni qué decir de los llamados derechos históricos: no deberían tener cabida.

Economía.

Pragmáticos. No hay que subir los impuestos directos. La redistribución fiscal debe ayudar al sistema del ascensor social.